Yoga tiene muchos puntos en común con las artes marciales. Algunas asanas recuerdan claramente posturas propias de karate y de hecho Bodhidarma incluía la práctica del yoga en su método de enseñanza a los monjes shaolín que, como ya hemos explicado en nuestra sección de kárate, fue base del karate y otras artes marciales. De otras posturas como la del loto o padmasana provienen posturas como la de seiza, que son una adaptación de la primera a la japonesa y que conserva el mismo espíritu de meditación zen.
De la misma forma que no podemos entender el karate como una disciplina hecha para poder romper tablas, no se puede tampoco pensar en yoga simplemente como una serie de posturas o asanas, yoga tiene en cuenta muchos más elementos tales como el control de la respiración o pranayama, el respeto de la moral o yama, el autocontrol o niyama, la meditación o dhyana, la inhibición de los sentidos o pratyahara, la concentración o dharana, y el éxtasis o samadhi entre otras formas.
En cualquier caso la práctica de yoga nos ofrece un método de auto-realización totalmente compatible con karate. Yoga nos ofrece un método para aumentar nuestra flexibilidad, fuerza, equilibrio, concentración, relajación, etc que nos influirá muy positivamente a la hora de avanzar en nuestro camino con karate.
En nuestro dojo practicamos en ocasiones yoga como ejercicio preliminar, calentamiento y fórmula de estiramiento antes de comenzar nuestro entrenamiento de karate y algunos miembros lo practican además de forma complementaria.
Historia del yoga
La primera prueba de la existencia del yoga data del año 3000 antes de Cristo, se trata de unos sellos en piedra de las civilizaciones Saraswati y de los Valles del Indo, donde aparecen figuras realizando asanas.
Posteriormente, hacia el año 2500 de Cristo, se recoge en unos escritos sánscritos llamados Vedas el conocimiento que había estado pasando en forma de aforismos recitados de generación en generación, que sentaría bases para el hinduismo actual y que hace referencia también al yoga.
Una parte de estos Vedas, en forma de poemas, conocida como los Upanisads, que data del 1500 antes de Cristo, es la más conocida en occidente y donde se encuentra la base de enseñanzas yóguicas.
Hacia el 500 antes de Cristo surge el Mahabharata de Vyasa, un poema épico que dedica 18 capítulos a discutir aspectos del yoga. En esta misma época Patanjali, recopila todo el conocimiento existente sobre el Yoga en los Yoga Sutras. Estos textos constituyen el yoga clásico que trata todas las ramas del yoga, aunque es base principalmente del Raja Yoga.
Hacia el 1900 d.C llegan a occidente numerosos maestros de yoga que crearán las diferentes escuelas conocidas hoy en día.