Reiki es un método de curación por imposición de manos que canaliza la energía universal para armonizar el cuerpo, la mente y el espíritu.
Reiki es una palabra de origen Japonés que significa Energía Vital Universal, Rei = Energía Universal y Ki = Energía Vital.
Se puede aplicar reiki a seres humanos, plantas, animales, a los alimentos y a las bebidas, a los medicamentos para quitarles los efectos nocivos y potenciarlos, a remedios homeopáticos, etc, no hay límites. Por supuesto podemos darlo a otras personas y también a nosotros mismos, cualquiera puede practicarlo además sin necesidad de tener ningún don especial, solo hay que desbloquear unos canales mediante la iniciación y estaremos listos para empezar a practicar reiki.
Reiki lo puede practicar cualquier persona con independencia de sus creencias religiosas o incluso aquellas que son ateas.
Es perfectamente compatible con cualquier tratamiento médico y puede actuar como complemento al mismo. Como contraindicaciones unicamente tiene que no debería ser aplicado durante operaciones para no provocar que se frenen hemorragias, en pacientes sedados, para no expulsar las toxinas de la sedación que podrían despertarle antes de tiempo y en fracturas antes de que los huesos hayan sido debidamente colocados e inmovilizados por un traumatólogo.
No existe documentación escrita de los primeros orígenes del Reiki, la tradición oral ha pasado de maestro a maestro, distorsionándose y dejando diferentes versiones sobre el origen del Reiki, aunque todas coinciden en su esencia. Fue redescubierto alrededor de 1870, por un doctor y sacerdote japonés llamado Mikao Usui.
Mikao Usui
Una sesión de Reiki puede durar aproximadamente entre 45 minutos o una hora y el paciente permanecerá acostado en una camilla, descalzo y vestido. Durante la sesión se utiliza luz tenue, música suave (musicoterapia) y aromas como incienso o esencias (aromaterapia).
Durante un tratamiento, se siente una relajación profunda, una gran sensación de paz. Muchas personas se quedan dormidas, cosa que no influye para nada en el resultado final, algunas sienten un cosquilleo, calor o frío en diferentes partes del cuerpo según fluye la energía, otras personas ven colores, experimentan una sensación de "flotar" o sienten emociones que salen a la superficie y otras no sienten nada y no por ello el Reiki no está funcionando.
Muchos pacientes tras recibir sus primeras sesiones experimentan unos cambios que pueden resultar molestos. Es habitual que en los días siguientes a la sesión se puedan tener sensaciones de náuseas, vómitos, diarrea, dolor de garganta o simplemente se pase una semana enfadado o de sentimientos a flor de piel. Entonces esta persona piensa que el Reiki le ha ido mal y que está peor que antes de empezar las sesiones. Esto es lo que se llama una crisis de sanación.